Muero por decir que no me olvidarás,
mueres por pedir que no te olvide,
y el silencio es un aliado cuando estás desorientado,
ya los dos sabemos que esto ha terminado.
Por si acaso esperas un final feliz,
no existe la separación perfecta,
pero démosle un lugar al tiempo, amor,
y repartamos la razón en dos.
Ya no hay porqué sufrir y lastimarnos más,
si alguna vez fue bueno,
nadie merece el peso de algo muerto
que sólo se olvidó de respirar.
Hoy nos toca confesar que un tiempo atrás
nos hizo bien imaginarnos viejos,
eso nos quedó tan lejos, sin querer,
en este juego nos tocó perder.
Ya no hay porqué sufrir y lastimarnos más,
si alguna vez fue bueno,
nadie merece el peso de algo muerto
que sólo se olvidó de respirar.
El que lloró primero, puede que hoy sienta menos,
este dolor, que es nuestro, igual que el beso
que alguna vez nos hizo suspirar.
Qué gran rival, la soledad,
se burla del esfuerzo en vano
y vuelve a disparar.
Ya no hay porqué sufrir y lastimarnos más,
si alguna vez fue bueno,
nadie merece el peso de algo muerto
que sólo se olvidó de respirar.
El que lloró primero, puede que hoy sienta menos,
este dolor, que es nuestro, igual que el beso
que alguna vez nos hizo suspirar.