
La Ferni: pionera trans que hizo historia en el Cosquín
La Ferni es la artista trans no binaria que desafió al Festival de Cosquín y logró la igualdad de género en el folklore argentino. Una voz que abrió caminos.
La Ferni es mucho más que una cantante de folklore: es un símbolo de lucha, diversidad y transformación dentro de la música popular argentina. A sus 35 años, esta artista trans no binaria cambió la historia del Festival de Cosquín y abrió una puerta que ya no se puede cerrar.
De formación lírica, La Ferni pasó del bel canto italiano y alemán a emocionar con chacareras y zambas en los patios de tierra de Santiago del Estero. Su poderosa voz no necesita micrófono para llegar directo al corazón de su público, fusionando técnica operística con la esencia popular de nuestro folklore.
A los 28 años inició su transición y decidió mostrarse tal cual es. Lo hizo primero como profesora de música en un colegio de Buenos Aires y luego, con más fuerza, arriba de cada escenario. “Un jueves me maquillé, elegí la pollera y fui a dar clases como quien soy”, recuerda. Sus alumnos fueron su primer abrazo de aceptación.
Pero el gran hito llegó cuando Cosquín, el festival más importante del folklore argentino, no aceptó inscribirla como “solista femenina”. Su reclamo y denuncia por discriminación lograron que el certamen eliminara la división por género en la categoría vocal. Desde entonces, varones, mujeres y disidencias compiten en igualdad de condiciones.
Su historia familiar también es clave: hija de docentes y filósofos, criada entre libros y música, con una hermana gemela y una tía cantantes líricas, Ferni creció rodeada de cultura. Hoy sigue llevando su mensaje de libertad a cada rincón: desde una exitosa gira por España, hasta peñas emblemáticas como la del Indio Froilán en Santiago del Estero, donde su interpretación de Canción con todes se volvió un símbolo.
Para La Ferni, cantar es una forma de vivir y resistir. “Somos hombres, mujeres, travestis, trans, no binaries, maricas, tortas, bisexuales, identidades sexogenéricas disidentes, legítimas, empoderadas y visibles”, declaró frente a una Plaza Próspero Molina colmada, en la noche que cerró el Chaqueño Palavecino.
Hoy, su voz sigue abriendo caminos. Con barba, labios carmesí y un timbre que combina lo grave y lo femenino, La Ferni demuestra que en el folklore argentino ya no hay lugar para la discriminación.
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