Jesús María. La persistencia del agua, viene generando muecas en la organización y no hay pronóstico que diga “tregua” . La promesa de fiesta con el décimo carnaval de lunes con Los Tekis, sin embargo, generó muchísimo entusiasmo entre los jóvenes.
Con sus conservadoras bien aprovisionadas, dio la impresión de que la juventud hizo hecho caso omiso de la persistente llovizna (aguacero de a ratos) e ingresaron igual.
El estado del campo de Doma viene degradándose por la excesiva humedad y el escaso sol que recibió en cuatro días. Para el campeonato de jineteadas significará un extra porque en piso nada firme al reservado le cuesta más prestarse al trabajo y para el jinete supone un riesgo al montar en suelo resbaladizo.
Poco después de las 22, subieron a escena Jujeños que arrancaron con una versión casi tangueada de Zamba para olvidar. Con la noche tan húmeda y el público tan guarecido bajo las tribunas, capas de lluvia o paraguas, la comunicación artista-público fue difícil.
Y aunque parecía que podría suspenderse, finalmente tuvo lugar el entrevero de tropillas alrededor de las 23.40. Se trata de un espectáculo maravilloso y difícil de sintetizar en pocas palabras. Pero pongámoslo de este modo: hay tropillas de distintos pelajes que siguen a una yegua madrina que es la única que se diferencia en su pelaje. Nunca se despegan de ella que lleva un cencerro en el cuello.
En determinado momento, separan a la tropilla de su madrina, los mezclan a todos y los largan juntos para que vuelvan a reunirse con su yegua líder. El que primero reúne a toda su tropilla gana. Es un momento siempre celebrado por el público. Son alrededor de 200 animales prestándose a un espectáculo muy particular.
siempre que llovio...
Para sorpresa de muchos, a las 0.30 la organización informaba que habían pagado su entrada unas 9 mil personas. La lluvia iba y venía, casi una molestia a la que resignarse.
Para cuando abrieron las puertas del campo y la gente ingresó masivamente, a la una, Los Tekis se hicieron dueños de la noche e hicieron una entrada potente. Bien acompañados por clips de videos, abandonaron el colorido histórico de la jujeñada, para darle paso a una estética en blanco y negro, aunque igual de efectiva. Presentaban temas nuevos y estrenaban espectáculo nuevo, en coincidencia también con los diez años consecutivos de carnaval en Jesús María.
Ya desde el arranque con Carnaval, Jesús María prometía fiesta. Sergio Galleguillo se les sumó en el segundo tema para hermanar chaya y carnavalito en el festivo No somos nada. Fueron los únicos dos temas que se pudieron hacer sin lluvia. A partir de ahí, el agua acompañó el resto de la noche.
Tierra mía fue el otro tema nuevo que presentaron con un vistoso clip de acompañamiento y promete sumarse a la lista de hits de los jujeños. Con Te pido en agosto sumaron a Luciano Pereyra, pero esta vez a través de una pista y el clip correspondiente.
Y el set fue mutando entre cumbias, carnavalitos, tinkus, con esa fórmula de ensamblar dos o tres temas y convertirlos en uno y que tanto éxito les genera.
Vienes y te vas, Poco a poco, Cariñito, Lágrimas estuvieron entre los más celebrados por un exultante público que danzaba, saltaba, y chapoteaba entre los charcos del campo de doma. Para el segundo bis, se guardaron una segunda versión de Lágrimas en la que invitaron a la Banda Copada de Jesús María, una formación integradas por personas con discapacidad que viene con ese proyecto desde hace muchos años. Fue la postal perfecta para sintetizar una noche pasada por agua y carnaval.
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