Una noticia que sacudió al folklore argentino: los Premios Gardel 2025 eliminaron la terna dedicada al Chamamé, dejando sin reconocimiento a uno de los géneros más emblemáticos del Litoral. La decisión generó un fuerte rechazo en la comunidad artística, y uno de los primeros en manifestarse fue el músico y compositor misionero Chango Spasiuk, referente indiscutido del género.
A través de un emotivo y contundente comunicado en sus redes sociales, el Chango expresó su preocupación ante esta decisión de la organización de los Premios Gardel. “Es preocupante que se haya dejado fuera el rubro de Chamamé. No sólo invisibiliza a sus exponentes, sino que también demuestra una falta de memoria y respeto hacia una rica historia musical”, señaló.
Para Spasiuk, esta exclusión representa un retroceso cultural que impacta directamente sobre las nuevas generaciones de artistas que encuentran en el chamamé un canal de expresión y pertenencia.
El chamamé no es un género más dentro del folklore argentino. En 2020 fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, en reconocimiento a su valor artístico, histórico y social. Con raíces guaraníes y europeas, y una identidad profundamente litoraleña, el chamamé forma parte del alma musical del país.
“Esta música ha sostenido a la industria discográfica durante décadas”, recordó el artista, quien ha llevado el chamamé a escenarios de todo el mundo. “Excluirlo es desentenderse de una herencia viva que sigue latiendo en cada rincón del país”, agregó.
Más allá del reconocimiento formal, la ausencia del chamamé en los Premios Gardel significa una pérdida de visibilidad para artistas emergentes que mantienen viva la llama del género. La categoría era un espacio de legitimación y proyección para músicos, compositores e intérpretes que hoy se ven desamparados.
El reclamo de Spasiuk resuena en todo el ecosistema cultural: ¿cómo puede entenderse la música argentina sin el chamamé?
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