Personaje mitológico con forma de gnomo habitante de los bosques, su traje, se afirma, esta hecho de QUILINEJA, planta trepadora con la que se hacen escobas y sogas.
El sombrero que usa, esta hecho del mismo material en forma de bonete.
Tendría predilección por los matorrales de MURTA cuyos frutos consumiría con avidez, pese a su tamaño poseería una tremenda fuerza, cuando sale a lugares descampados se encarama a un tronco de TIQUE y se regodea contemplando la naturaleza de la cual es admirador pero su mirada es de terribles consecuencias para el hombre, al que odia e inmediatamente le tuerce la boca o el cuello (debe suponerse que su mirada produciría un tortícolis o una afasia motora del trigémino).
Lleva un hacha de piedra y por sentir el temor que inspira, las mujeres embarazadas cuando sienten el ruido de sus golpes huyen. Le gustan mucho las muchachas virgenes y puede emitir un fluido sexual que las atrae para llevárselas a sus dominios.
Este detalle ha dado lugar (como en el caso de SHOMPALHUE) a que las madres para cubrir la deshonra de sus hijas, lo atribuyan a la acción del TRAUCO.
En la región chilena, es costumbre de las madres cuando sospechan la presencia de este ser maligno, dejar sobre la mesa al acostarse un puñado de arena seca. Como el perverso personaje se siente atraído a contar los granos de arena, se olvida de las doncellas y de los niños y con las primeras luces del alba desaparece por temor a ser sorprendido.
En Chile meridional este personaje tiene su refugio en el cerro QUICAVI, pero su aspecto difiere pues en esa zona lo describen como un chivo con una barba de una legua de largo muy peligrosa si se la pisa inadvertidamente, patas de guanaco, cuerpo con escamas y algunos mechones de pelos erizados.
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